sábado, 14 de febrero de 2009

en los jardines del laberinto

... continué paseando hasta llegar a un parque. Me enredé, dejándome caer por entre los senderos y la hierba del mismo modo en que caían rayos de luz por entre las altas ramas hasta el suelo. Cuando conseguí perderme en el tiempo me senté en un banco. No lejos de mi sitio había un hombre también sentado. Me paré a observarlo. Su pose y su mirada descansaban en no se sabe dónde, pero no desde luego en aquel parque. Interesado en él llegué a la conclusión de era un tipo que no me decía nada, no me expresaba nada. No leía en él emoción, sentimiento, historia ninguna. No pude imaginar qué clase de persona sería, o qué le ocurría, o si le ocurría algo siquiera ... Lo veía y veía que su mente se iba alejando de él, lentamente, sosegadamente. Y al tiempo, como cuando ves desaparecer una nube entre jirones blancos, el hombre, se hacía también transparente, desaparecía. No se, ¿quizá media hora?, ¿una hora estuve allí observándolo hasta que se esfumó?. No quedó rastro de él. El hombre sentado en el banco con la mirada perdida había acabado desapareciendo del todo. Nada. Ni rastro, ...

jueves, 5 de febrero de 2009

Nuevas brisas, plumas de locura cayendo

que me quitan, me roban, te roban,
que me silencian, te silencian, me barren,
que me ciegan, me auyentan, me despiden,
que me envían, me apartan

no andas sobre las aguas, no puedes
no descansas en los silencios, como en desiertos.
no expiras.

sigue hilvanando, no mires, no me oigas
no me buscas.


caen, vuelan libres restos de pluma blanca traslúcida,
se depositan en el suelo y desaparecen como nieve.


escucha ahora...
se oye tenue.
la brisa cambia.